La Asociación Nacional de Productores Fotovoltaicos (ANPIER) presentó en Madrid un estudio que aborda un análisis de la situación del sector fotovoltaico a nivel mundial; aportando datos macroeconómicos y sobre potencia instalada. El informe contempla, además, variables tales como el cambio climático, la descarbonización de la economía para 2050, los acuerdos internacionales y los derechos de emisión. El estudio también aborda en detalle la situación del sector a nivel estatal: con datos de situación, regulación, generación, mercado, potencia, autoconsumo y perspectivas sectoriales.
El documento dedica 40 páginas a la FV mundial, cargadas de valiosos gráficos, y casi 90 al caso español. Eso sí, antes de entrar en materia, el Anuario abre sus primeras páginas con hasta siete columnas de otros tantos autores, nombres propios todos de primera fila en el sector: desde José Blanco, el redactor principal de la Directiva de Energías Renovables que está a punto de ser aprobada, a David Kramer, jefe de la Unidad de Inversión de la Secretaría de la Carta de la Energía, pasando por María Luisa Castaño, directora del departamento de energía del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas del Ministerio de Ciencia; Fernando Ferrando, el presidente de la Fundación Renovables; José Luis García Ortega, responsable del Programa de Cambio Climático de Greenpeace; el catedrático de Estructura Económica Ramón Tamames; o el exdirector del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) Javier García Breva.
El sector solar
fotovoltaico ha vivido un año 2017 espectacular, ha marcado su
máximo anual histórico: nunca antes se instaló en un solo año tanta
potencia (98 gigavatios, ó 98.000 megavatios). Ese registro formidable
ha propiciado que el parque global FV haya superado al parque nuclear:
402 gigas acumulados de fotovoltaica, frente a 393 de nuclear. El gran
gigante asiático (con 131 gigavatios de potencia FV acumulados a 31 de
diciembre de 2017) se encuentra en todo caso muy por delante de sus
perseguidores: Estados Unidos (51), Japón (49) y Alemania (42). En solo
doce meses, los del año pasado, China instaló más potencia (53 GW) que
cualquier otra nación en toda su historia. Toda Europa instaló apenas
6,5 gigavatios en 2017 (frente a los seis gigas del año anterior).
Según el "Anuario
Fotovoltaico 2018" de Anpier, el establecimiento de un marco regulatorio
estable y favorable hacia las energías renovables es "de vital
importancia" para el desarrollo de la fotovoltaica. "En España, denuncian desde la Asociación, la experiencia pasada es una
demostración clara de cuán gravemente pueden afectar los cambios
regulatorios de un país a la integración de esta tecnología, no solo por
sus efectos inmediatos, sino también por sus efectos a largo plazo". El
presidente de Anpier ha denunciado los "hasta 10 cambios normativos"
que ha sufrido el sector en los últimos ocho años, lo cual ha ahuyentado
a los inversores, que han preferido otros entornos con más certidumbre.
Reino
Unido por ejemplo instaló el año pasado seis veces más potencia solar
fotovoltaica (900 megavatios) que España (150). Ello, a pesar de que el
recurso solar es evidentemente mucho más abundante en la península
ibérica que en cualquiera de las islas británicas. Bélgica, nación cuya
extensión es menor que la de Extremadura, instaló el año pasado casi el
doble de potencia (280 megas) que toda España. También instalaron más
potencia FV en Suiza y, por supuesto, en Italia y en Alemania.
El "Anuario
Fotovoltaico 2018" de Anpier también se detiene en la tecnología FV, que
ya es "plenamente competitiva frente al resto de tecnologías de
generación". Ello ha implicado, apuntan desde Anpier, que las
principales subastas de generación a nivel mundial hayan sido cubiertas
con fotovoltaica: "valgan como ejemplo Abu Dhabi y Dubai, donde en 2016
se cerraron subastas con contratos bilaterales de compraventa de
electricidad (Power Purchase Agreements, PPAs) por debajo de 0,03
$/kWh". Por su parte, en España se adjudicaron 3,9 GW fotovoltaicos con
un coste de inversión inferior a 700 €/kW de potencia. El Anuario de
Anpier estima sin embargo que este crecimiento podría ser menor en los
años venideros, "debido a que los mercados comienzan a consolidarse, y a
que los dos últimos años han estado marcados por un ritmo difícil de
mantener".
La evolución del precio del módulo fotovoltaico de
panel plano, refleja un claro y continuado descenso de costes, el precio
del panel fotovoltaico ha caído un 89% desde el año 2007, a causa del
desarrollo y la evolución de esta tecnologia. También los equipos
inversores se han abaratado, si bien de manera menos espectacular.
Este informe señala las ventanas de oportunidad de la tecnología fotovoltaica, como la
dependencia (la UE importa el 53% de la energía que consume y el Sol
puede convertirse en una vía de independencia energética para Europa);
el sector residencial (el 75% del parque de viviendas de la UE es
ineficiente desde el punto de vista energético y ahí el autoconsumo
puede desempeñar un rol clave); y el transporte (el 94% del transporte
depende de los productos derivados del petróleo, de los cuales el 90 %
es importado; y ahí la electrificación del parque móvil es la vía de
salida).
En noviembre del
año 2016, explica Anpier en su Anuario, la Comisión Europea presentó un
paquete de medidas en materia energética con objetivos a 2030, cuya
futura directiva de renovables ha sido ya consensuada por Comisión,
Parlamento y Consejo (su definitiva aprobación es inminente). Pues bien,
Anpier destaca en ella "dos artículos desde el punto de vista de la
generación fotovoltaica y social: el Artículo 22, Comunidades de
energías renovables, y el Artículo 6, que fija la obligatoriedad de los
Estados miembros de garantizar que el nivel de apoyo prestado a los
proyectos de energías renovables, así como las condiciones a las que
esté sujeto, si se revisan, no tendrán un impacto negativo en los
derechos ni en la economía de los proyectos".
Con ese artículo el
legislador pretende neutralizar las aventuras retroactivas de futuros
legisladores (el caso español es en ese sentido paradigmático: a
mediados de la década pasada el legislador español aprobó una serie de
normas que aseguraban que el kilovatio hora generado por una instalación
fotovoltaica sería retribuido a un precio determinado durante un
período, 20/25 años, determinado; pues bien, apenas tres años después
de aprobada esa norma, el legislador la derogó y aprobó otra (y luego
otra, y luego otra), todas las cuales acabaron por recortar en hasta un
50% el precio inicialmente reconocido, lo que ha causado una catarata de
denuncias contra el Estado español, ante tribunales internacionales,
por parte de inversores internacionales que invirtieron en instalaciones
renovables aquí, y otra catarata de denuncias, ante tribunales
españoles, por parte de inversores españoles.
El caso es que los
continuos cambios regulatorios retroactivos y la moratoria renovable han
ido socavando a lo largo de los últimos ocho años el interés de los
inversores por España. Y lo han ido socavando hasta el punto de que,
ante la inseguridad jurídica del sector renovable español, explican
desde Anpier, han decidido derivar sus inversiones "a sectores y países
con una regulación más estable". Pues bien, según Anpier, "esta
parálisis podría derivar en incumplimiento de los objetivos de
penetración de renovables adquiridos con Europa" (España tiene que
generar el 20% de la energía que demande en 2020 con fuentes
renovables).
Frente a la
concentración existente en la eólica y termosolar, apuntan desde
Anpier, la solar fotovoltaica "es la tecnología más atomizada en número
de propietarios". No obstante, durante los últimos años la Asociación
"ha observado cómo la potencia comienza a ser agrupada por algunas
compañías y grandes fondos de inversión que llegan a superar los 100 MW
de capacidad". Y, según Anpier, esta reestructuración societaria ha sido
consecuencia directa de los diversos ajustes retroactivos sufridos por
los productores FV, que han derivado en problemas de solvencia para
muchos pequeños y medianos inversores "e incluso en la quiebra de muchos
pequeños propietarios, los cuales se han visto obligados a vender sus
instalaciones a precios muy bajos".
Anpier alerta de que, en los próximos años, asistiremos a una constante sucesión de proyectos renovables.
Según Anpier, el modelo, que tienda al
oligopolio o transite hacia la socialización de la generación, depende
de la voluntad política del regulador: "nuestro ordenamiento podrá
disponer condiciones inaccesibles para los ciudadanos y pymes o
establecer condiciones que permitan socializar los ingresos que genera
el sector energético".
El modelo Anpier
Si esos recursos que puede traer el Sol no acaban en los ciudadanos de los territorios, entonces, apuntan desde Anpier, "la sociedad se empobrece, el bienestar se reduce, el consumo y el empleo se deprimen y la recaudación por parte de las Administraciones se resiente, y con ellas los servicios públicos y prestaciones sociales".
Además, subirían los impuestos: "para mantener unos mínimos en política de vertebración territorial y asistencial sería preciso soportar una mayor presión fiscal".
"Esta es la disyuntiva, concluye Anpier, que ha de resolver el nuevo Gobierno, ha de fijar la clave de la propiedad del nuevo modelo de generación energética, que, sin duda, será renovable, pero no lleva camino de ser social si no se enmienda la actual situación, porque aún estamos a tiempo de recuperar la soberanía energética".
El "Anuario Fotovoltaico 2018" de Anpier reivindica el reconocimiento a los pioneros de la FV:
"Hay que dignificar a las decenas de miles de familias fotovoltaicas que han dado solución al gran reto de producir energía barata y sin contaminar, puesto que han dado a la sociedad, con su esfuerzo, la llave para evitar la mayor catástrofe del Planeta. Por eso es imprescindible devolverle a este colectivo la seguridad jurídica".