Anpier recoge en su Anuario Fotovoltaica 2018 las claves de la FV nacional y global

 La Asociación Nacional de Productores Fotovoltaicos (ANPIER) presentó en Madrid un estudio que aborda un análisis de la situación del sector fotovoltaico a nivel mundial; aportando datos macroeconómicos y sobre potencia instalada. El informe contempla, además, variables tales como el cambio climático, la descarbonización de la economía para 2050, los acuerdos internacionales y los derechos de emisión. El estudio también aborda en detalle la situación del sector a nivel estatal: con datos de situación, regulación, generación, mercado, potencia, autoconsumo y perspectivas sectoriales.

El documento dedica 40 páginas a la FV mundial, cargadas de valiosos gráficos, y casi 90 al caso español. Eso sí, antes de entrar en materia, el Anuario abre sus primeras páginas con hasta siete columnas de otros tantos autores, nombres propios todos de primera fila en el sector: desde José Blanco, el redactor principal de la Directiva de Energías Renovables que está a punto de ser aprobada, a David Kramer, jefe de la Unidad de Inversión de la Secretaría de la Carta de la Energía, pasando por María Luisa Castaño, directora del departamento de energía del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas del Ministerio de Ciencia; Fernando Ferrando, el presidente de la Fundación Renovables; José Luis García Ortega, responsable del Programa de Cambio Climático de Greenpeace; el catedrático de Estructura Económica Ramón Tamames; o el exdirector del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) Javier García Breva.


El sector solar fotovoltaico  ha vivido un año 2017 espectacular, ha marcado su máximo anual histórico: nunca antes se instaló en un solo año tanta potencia (98 gigavatios, ó 98.000 megavatios). Ese registro formidable ha propiciado que el parque global FV haya superado al parque nuclear: 402 gigas acumulados de fotovoltaica, frente a 393 de nuclear. El gran gigante asiático (con 131 gigavatios de potencia FV acumulados a 31 de diciembre de 2017) se encuentra en todo caso muy por delante de sus perseguidores: Estados Unidos (51), Japón (49) y Alemania (42). En solo doce meses, los del año pasado, China instaló más potencia (53 GW) que cualquier otra nación en toda su historia. Toda Europa instaló apenas 6,5 gigavatios en 2017 (frente a los seis gigas del año anterior).




Según el "Anuario Fotovoltaico 2018" de Anpier, el establecimiento de un marco regulatorio estable y favorable hacia las energías renovables es "de vital importancia" para el desarrollo de la fotovoltaica. "En España, denuncian desde la Asociación, la experiencia pasada es una demostración clara de cuán gravemente pueden afectar los cambios regulatorios de un país a la integración de esta tecnología, no solo por sus efectos inmediatos, sino también por sus efectos a largo plazo". El presidente de Anpier ha denunciado los "hasta 10 cambios normativos" que ha sufrido el sector en los últimos ocho años, lo cual ha ahuyentado a los inversores, que han preferido otros entornos con más certidumbre.

Reino Unido por ejemplo instaló el año pasado seis veces más potencia solar fotovoltaica (900 megavatios) que España (150). Ello, a pesar de que el recurso solar es evidentemente mucho más abundante en la península ibérica que en cualquiera de las islas británicas. Bélgica, nación cuya extensión es menor que la de Extremadura, instaló el año pasado casi el doble de potencia (280 megas) que toda España. También instalaron más potencia FV en Suiza y, por supuesto, en Italia y en Alemania.

El "Anuario Fotovoltaico 2018" de Anpier también se detiene en la tecnología FV, que ya es "plenamente competitiva frente al resto de tecnologías de generación". Ello ha implicado, apuntan desde Anpier, que las principales subastas de generación a nivel mundial hayan sido cubiertas con fotovoltaica: "valgan como ejemplo Abu Dhabi y Dubai, donde en 2016 se cerraron subastas con contratos bilaterales de compraventa de electricidad (Power Purchase Agreements, PPAs) por debajo de 0,03 $/kWh". Por su parte, en España se adjudicaron 3,9 GW fotovoltaicos con un coste de inversión inferior a 700 €/kW de potencia. El Anuario de Anpier estima sin embargo que este crecimiento podría ser menor en los años venideros, "debido a que los mercados comienzan a consolidarse, y a que los dos últimos años han estado marcados por un ritmo difícil de mantener".
La evolución del precio del módulo fotovoltaico de panel plano, refleja un claro y continuado descenso de costes, el precio del panel fotovoltaico ha caído un 89% desde el año 2007, a causa del desarrollo y la evolución de esta tecnologia. También los equipos inversores se han abaratado, si bien de manera menos espectacular.

Este informe señala las ventanas de oportunidad de la tecnología fotovoltaica, como la dependencia (la UE importa el 53% de la energía que consume y el Sol puede convertirse en una vía de independencia energética para Europa); el sector residencial (el 75% del parque de viviendas de la UE es ineficiente desde el punto de vista energético y ahí el autoconsumo puede desempeñar un rol clave); y el transporte (el 94% del transporte depende de los productos derivados del petróleo, de los cuales el 90 % es importado; y ahí la electrificación del parque móvil es la vía de salida).


En noviembre del año 2016, explica Anpier en su Anuario, la Comisión Europea presentó un paquete de medidas en materia energética con objetivos a 2030, cuya futura directiva de renovables ha sido ya consensuada por Comisión, Parlamento y Consejo (su definitiva aprobación es inminente). Pues bien, Anpier destaca en ella "dos artículos desde el punto de vista de la generación fotovoltaica y social: el Artículo 22, Comunidades de energías renovables, y el Artículo 6, que fija la obligatoriedad de los Estados miembros de garantizar que el nivel de apoyo prestado a los proyectos de energías renovables, así como las condiciones a las que esté sujeto, si se revisan, no tendrán un impacto negativo en los derechos ni en la economía de los proyectos".
Con ese artículo el legislador pretende neutralizar las aventuras retroactivas de futuros legisladores (el caso español es en ese sentido paradigmático: a mediados de la década pasada el legislador español aprobó una serie de normas que aseguraban que el kilovatio hora generado por una instalación fotovoltaica sería retribuido a un precio determinado durante un período, 20/25 años, determinado; pues bien, apenas tres años después de aprobada esa norma, el legislador la derogó y aprobó otra (y luego otra, y luego otra), todas las cuales acabaron por recortar en hasta un 50% el precio inicialmente reconocido, lo que ha causado una catarata de denuncias contra el Estado español, ante tribunales internacionales, por parte de inversores internacionales que invirtieron en instalaciones renovables aquí, y otra catarata de denuncias, ante tribunales españoles, por parte de inversores españoles.

El caso es que los continuos cambios regulatorios retroactivos y la moratoria renovable han ido socavando a lo largo de los últimos ocho años el interés de los inversores por España. Y lo han ido socavando hasta el punto de que, ante la inseguridad jurídica del sector renovable español, explican desde Anpier, han decidido derivar sus inversiones "a sectores y países con una regulación más estable". Pues bien, según Anpier, "esta parálisis podría derivar en incumplimiento de los objetivos de penetración de renovables adquiridos con Europa" (España tiene que generar el 20% de la energía que demande en 2020 con fuentes renovables).


Frente a la concentración existente en la eólica y termosolar, apuntan desde Anpier, la solar fotovoltaica "es la tecnología más atomizada en número de propietarios". No obstante, durante los últimos años la Asociación "ha observado cómo la potencia comienza a ser agrupada por algunas compañías y grandes fondos de inversión que llegan a superar los 100 MW de capacidad". Y, según Anpier, esta reestructuración societaria ha sido consecuencia directa de los diversos ajustes retroactivos sufridos por los productores FV, que han derivado en problemas de solvencia para muchos pequeños y medianos inversores "e incluso en la quiebra de muchos pequeños propietarios, los cuales se han visto obligados a vender sus instalaciones a precios muy bajos".
Anpier alerta de que, en los próximos años, asistiremos a una constante sucesión de proyectos renovables.
Según Anpier, el modelo, que tienda al oligopolio o transite hacia la socialización de la generación, depende de la voluntad política del regulador: "nuestro ordenamiento podrá disponer condiciones inaccesibles para los ciudadanos y pymes o establecer condiciones que permitan socializar los ingresos que genera el sector energético".


"En el primero de los supuestos, apuntan desde Anpier, nos encontraremos con que los miles de millones de euros que pagamos todos los españoles a través de la factura de la luz quedarán en manos de unos cuántos CIF de colosos empresariales, que no dejan en el territorio más que algún patrocinio deportivo o cultural; con el segundo, la realidad sería bien distinta: cuanto más socializada esté la generación, más riqueza quedará en manos de ciudadanos, en manos de decenas de miles de DNI, que podrán participar de iniciativas empresariales de generación a pequeña escala, que aporten ingresos, y de instalaciones de autoconsumo, que aporten ahorro".
El modelo Anpier
Si esos recursos que puede traer el Sol no acaban en los ciudadanos de los territorios, entonces, apuntan desde Anpier, "la sociedad se empobrece, el bienestar se reduce, el consumo y el empleo se deprimen y la recaudación por parte de las Administraciones se resiente, y con ellas los servicios públicos y prestaciones sociales".
Además, subirían los impuestos: "para mantener unos mínimos en política de vertebración territorial y asistencial sería preciso soportar una mayor presión fiscal".
"Esta es la disyuntiva, concluye Anpier, que ha de resolver el nuevo Gobierno, ha de fijar la clave de la propiedad del nuevo modelo de generación energética, que, sin duda, será renovable, pero no lleva camino de ser social si no se enmienda la actual situación, porque aún estamos a tiempo de recuperar la soberanía energética".
El "Anuario Fotovoltaico 2018" de Anpier reivindica el reconocimiento a los pioneros de la FV:
"Hay que dignificar a las decenas de miles de familias fotovoltaicas que han dado solución al gran reto de producir energía barata y sin contaminar, puesto que han dado a la sociedad, con su esfuerzo, la llave para evitar la mayor catástrofe del Planeta. Por eso es imprescindible devolverle a este colectivo la seguridad jurídica".